Para nadie es un secreto que las mujeres son
mucho más recatadas en cuanto a la sexualidad de lo que son los hombres, y es
que cuando un hombre puede tener una aventura erótica y liberal sin pensarlo
demasiado, las chicas no siempre están dispuestas a esto, pues necesitan contar
con una seguridad de que el pretendiente con que se van a la cama sea el hombre
indicado y además suelen ser muy desconfiadas de los hombres. Las mujeres
tienen por costumbre controlar sus deseos y no dejarse llevar, pensando bien la
situación y analizando cada detalle antes de disponerse a ir a la cama con un
hombre, aun mas si se trata de un sujeto desconocido, y esto las diferencia
claramente de los hombres quienes con tal de obtener placer y diversión se
olvidan de todas las consecuencias que puede ocasionar tener sexo con
cualquiera.
Una mujer piensa mucho antes de tener sexo con
un hombre, y esto no es algo nuevo en lo absoluto, esta forma de ser y de
pensar se ha transmitido entre las chicas de generación en generación desde
cientos de años atrás, y por esto es que los hombres siempre tienen que luchar
por convencer a las mujeres de ser sus amantes y no ocurre esto en sentido contrario.
Un hombre siempre está listo y dispuesto, en cambio una mujer necesita que todo
el ambiente y la situación sea perfecta para convencerse de entregar su cuerpo
a alguien, y es que para ellas su cuerpo es como un templo sagrado que no debe
ser profanado por alguien que no merezca hacerlo, así que se toman esto muy
pero muy en serio.
Que una mujer piense tanto antes de tener sexo
con un hombre no es algo que sorprenda a nadie, así que los hombres más
especializados en la seducción y la conquista son los que simplifican todo y no
le dan mucho que analizar a las mujeres. Las chicas son muy complicadas, y
mientras más piensen más cosas negativas que las hagan desistir de tener una
aventura van a aparecer, por esto es que lo mejor es ser sencillo y directo
cuando se intenta conseguir algo con una mujer, ya que así no se le da mucha
oportunidad de encontrar cosas malas. A pesar de todo, cuando un hombre
consigue llevarse a una mujer a la cama tiene que estar claro que ha logrado
pasar esa prueba de análisis tan difícil que siempre hacen las mujeres, y que
ellas tienen que estar casi cien por ciento convencidas para finalmente haber
accedido a irse a la cama con ellos. Por esto el sexo es la mejor prueba del
buen trabajo que ha hecho un hombre para la seducción, demostrando sus dotes
para convencer a las chicas.
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